jueves, 11 de junio de 2009

Walt Disney Hoy


El otro día miraba la tele y mientras hacía zapping pasaba, entre otras cosas, de una película de Disney hasta Crónica TV con sus carteles rojos con crudas realidades nacionales como “EXCLUSIVO: un perro le comió los testículos a su dueño”. Entonces fantaseo y pienso cómo serían las historias de las viejas películas del eterno y “frívolo” Walt Disney, si fuesen hechas hoy en día en Argentina.
Por ejemplo, la historia de Aladino sería la de un cartonero que se la pasa todo el día caminando y revolviendo basura para buscar papel. Abriría una bolsa y se encontraría la maravillosa lámpara. La frotaría para sacarle brillo y allí se cortaría con el borde oxidado. Aparecería mágicamente un hombre bajito, de tez oscura y con un turbante en la cabeza, con cara de turco. El cartonero pensaría que es Menem que va por más, pero no; es el genio de la lámpara. Al parecer antes trabajaba en el Conicet, pero como ya no le pagaban el sueldo se puso a laburar de genio en la lámpara.
El primer deseo del cartonero sería no haberse contagiado de SIDA al cortarse con la lámpara, o al menos no haberse agarrado tétanos. O de última, que lo atiendan bien en el hospital público de la otra cuadra: que tengan vendajes y los remedios necesarios.
También me imaginaba a Alí Babá y los cuarenta ladrones del siglo XXI, made in Argentina. En lugar de viajar a caballo por el desierto viajarían en el Tango 01. Su “cueva” sería rosada y nunca los atraparían por sus fechorías.
La historia de Bambi sería la de un ciervo tierno e inofensivo que estaba de paseo por Palermo junto a su madre y que de pronto se queda huérfano por el disparo del oficial “Gatillo Fácil” que confunde la cornamenta de la madre con armas y su cercanía a los travestis ponía en peligro la recaudación de la noche.
La Sirenita viviría en la provincia de Santa Fé y sería la imposible historia de amor entre una damnificada y un voluntario de la cruz roja que lo terminan echando porque descubre galpones llenos de donaciones sin repartir.
Alicia en el país de las maravillas sería la historia de una pobre chica que iba distraída al cruzar la calle y se cayó dentro de un bache que nunca fue tapado porque no había elecciones en los próximos meses. Dentro del pozo se encontraría con un mondo fantástico, de cuentos. Se cruzaría con un policía “al servicio de la comunidad”, una justicia paradójicamente justa, con jubilaciones dignas, ganadas con el trabajo de toda la vida de una persona recta y no con privilegios inventados. Se encontraría también con escuelas llenas de chicos que realmente aprenden, hospitales que curan a la gente y con planes trabajar vacantes por no haber gente desocupada. Finalmente Alicia despertaría y se daría cuenta que todas sus fantasías eran producto de las inhalaciones de gas tóxico proveniente de los caños de escape de los colectivos que circulaban por esa avenida.
Y empiezo a pensar si eso mismo no es lo que me afectó a mí también y me hizo prender la tele para ver a Tinelli.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

AAAAAAAAAAAAAAAAAjajajajaja
Contame el de Blancanieves!!!

Sheeba Baby dijo...

ajajajajajajajjaajjaaj me muero, genial Ale, genial!!!!!!!! Abrazos (de verdad me re gustó)jajajajajajajaj

licha dijo...

pobre!! de verdad viste a Tinelli???
pobreee...