lunes, 15 de septiembre de 2008

Pasea Perros

A veces voy caminando por la calle y veo la gente que pasea a sus perros. Uno se da cuenta que existen diversos tipos de “paseadores de perros”. Y no me refiero a los que se ganan la vida con esa actividad, sino a los que lo hacen con su perro particular.
Están los “tiradores”. Son esos que disfrutan con el sonido afónico que emiten sus perros cuando tratan de correr como locos y ellos tiran de sus correas para no dejarlos que se alejen. Cuando los ves, vas pensando en el pobre perro que no le llega la sangre al cerebro de tanto que el dueño tira de la correa, mientras el pobre va gimiendo y babeando a lo loco. Pobre de ellos si se les cruza un gato e intentan salir corriendo.
Después, están los “boludos”: llevan a su perro suelto y van mirando para cualquier lado, como si no fuera de ellos. Entonces, cuando el perro se frena a mear o a cagar, para no alejarse mucho se frenan ellos también en forma disimulada y se ponen a mirar el cielo, se atan las zapatillas o miran la entrada de cualquier casa como fascinados por la impresionante obra arquitectónica, que no es más que una puerta de madera prácticamente destruida. Son los mismos que no se les ocurre levantar la suciedad que hace su perro.
También están las “viejas cuida”. Típica vieja de unos ochenta o más años, que llevan a su pequinés o cualquier perro chico e histérico como con miedo. Cuando se acerca a ellos un perro un poquito más grande o están por cruzar la calle, lo alzan a upa y los tienen como bebés. Esas mismas señoras son las que los bañan todos los días, los peinan, los mandan al psicólogo, les pintan las uñas y les ponen un moñito rojo en medio de la cabeza, como si fuese un perro de peluche.
Por otro lado están los “instructores”. Llevan a su perro con correa de ahorque, pero sin tironear. Lo van mirando fijo para que no se mande ninguna macana y cuando se aleja un poquito le gritan “junto!!!” y tiran fuerte de la correa para dejarlos sin aire y que de esa manera bien pedagógica aprendan a no alejarse. Cuando llegan a una plaza, se acercan a otros dueños de perros y les muestran con orgullo lo bien que entrenaron a su mascota.
No nos podemos olvidar de los típicos, antíguos y nunca bien ponderados, “paseadores de levante”. Son los que se consiguen un cachorro para atraer chicas. Van caminando con el pichicho, mostrándolo lo más que pueden, para que una inocente mujer se les acerque y les diga: “pero qué tierno!!!” y ahí ZAS! le tiran el zarpazo. Una vez que el pobre animal crece un poco y se vuelve feo, hacen el plan canje y se consiguen otro cachorro, esta vez rengo, para que de más ternura todavía.
Y bueno, no podríamos dejar de nombrar finalmente a los profesionales. A los que vemos a diario con 15 perros atados a su cinturón, que caminan lo más pancho por la vereda, al mismo tiempo que un tipo con un solo perro mediano va flameando mientras el perro corre a una paloma.
Son unos tipo que deben tener la habilidad del Dr. Doolittle, porque sino no se entiende cómo hacen para que los perros no se enloquezcan y salgan corriendo cada uno para un lado; son los mismos que llegan a la plaza y atan a todos los perros en un poste, y se sientan en un banco a tomar sol, cerveza o lo que venga, con otros profesionales del rubro, mientras que el dueño en la casa pensando que el perro se está cansando y va a volver más tranquilo a la casa. Lo que no sabe es que lo que está pagando son los puchos y la birra del pasea perros.

AH! Y si llega a llover, soñá que te lo saque a pasear!

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