viernes, 17 de octubre de 2008

La crisis mundial que no leimos en los libros de historia


Hoy en día todo el mundo anda preocupado por la situación mundial. Es tapa de todos los diarios cómo fueron los mercados de valores europeos, asiáticos, norteamericanos y, por supuesto, el argentino, durante la jornada anterior. Falta nomás que aparezca en la portada del Ole y estamos completos.
Todo el mundo habla de cuántos puntos bajó el Merval, cuánto cayó el Dow Jones (¿quién mierda habrá sido el Sr. Dow Jones? Bueno, mejor dicho Mr. Dow Jones); se sabe que las principales acciones siguen cayendo, que los bancos hacen salvatajes (se corre la bola que de tantos salvatajes los piensan llevar a la costa argentina para que en el verano hagan las veces de guarda vidas).
Frenemos un poquito.
No, un poquito más.
Ahora sí, ¿alguien entiende de qué va todo esto? Yo sigo desayunando nesquik con choco crispis, me lleva el mismo bondi al laburo, me rasco las pelotas hasta las 11 como siempre y después empiezo a trabajar. Mis pedos siguen teniendo el mismo mal olor (tal vez ahora huelen un poquito más feo nomás, pero es el transcurso natural de la vida y mi pudrimiento interior). Tinelli sigue siendo el mismo imbésil, garca y pajero que desde el primer videomatch (más aún, desde que relataba partidos de fútbol con Mauro Viale). Para resumirlo y parafrasear al amigo Pity (amigo de alguien es, seguro): “todo sigue igual, todo sigue igual de bien”.
Entonces, ¿por qué nos preocupa tanto esto que pasa? ¿Realmente nos llegará a afectar en algún momento?
Te cuento un secreto, pero no se lo digas a nadie (es la idea básica del secreto, obvio). Tengo la sensación de que nos tendríamos que preocupar solamente porque al que le puede ir mal es a Estados Unidos. Entonces, nosotros la ligamos de rebote. No quiero entrar en tecnicismos que ustedes no entenderían, sobretodo porque serían inventados por mí ahora mismo, por lo que voy a hacer una analogía (jeje, yo sé lo que pensaron, pero no voy a caer en el chiste fácil a lo MIDACHI).
Imaginen (John Lennon Dixit). Imaginen dos hermanitos, uno de 9 años, el otro de 6. Se quedan solos en la casa por 10 minutos mientras los padres salieron a hacer algo. El mayor de ellos anda caminando por la casa descalzo y en una de esas, como a todos nos ha pasado, patea sin querer una mesa, una silla o cualquier otro objeto inanimado y firme que le hace mierda el dedito chiquito del pie. El menor que vio toda la escena no puede evitar la risita burlona que su cara desespera por mostrar.
¿Qué hace el grande en ese momento? En lugar de reconocer que fue muy estúpido al comerse así la mesa, la silla o el otro objeto inanimado y firme, por andar descalzo, se da media vuelta y empieza a correr al pendejo para cagarlo a piñas.
¡¡Así funciona el mundo señores!! El más grande, cuando sufre un poquito, hace que el chiquito disfrute. Y si descubre que el chiquito disfruta de eso, lo casca para que deje de disfrutar y sufra peor que él.
Volviendo a este hermoso y serio análisis económico del futuro que nos depara a la Argentina, lo que yo siento que va a pasar es que los yankees se van a cansar de que les vaya mal y nosotros nos caguemos de la risa de ellos desde nuestro país bananero, y de alguna manera nos van a embocar. No sé cómo, pero ellos se encargarán de hacerlo parecer un problema nuestro (a ver si vuelven mami y papi del kiosco y nos ven llorando).
Así que, visto y considerando lo que se viene, yo recomiendo vender las joyas de la abuela, total a lo sumo le quedan un par de años y no nos alcanza el tiempo para pasar la crisis que se viene. Dejen de ahorrar en dólares y euros, la moneda que se viene fuerte fuerte son los Soles Peruanos. Ojo! Nosotros que somos re pishos y aprendemos la lección, no vamos a abrir un puto plazo fijo, sabemos que si se viene el corralito nos abrochan a todos de nuevo. ¿Patacones? Olvidaaaaate!
Ya habiendo servido de asesor financiero de todos ustedes que no deben hacer una mierda (por eso están acá leyendo!), no deben tener un solo ahorro, así que no los molesto más. Mejor me voy a vender mis acciones de Molinos Río de la Plata. Byeee!

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